Como todos sabemos, y si no aquí estoy para explicártelo, cuando contratas una hipoteca, año tras año tienes que pagar una serie de intereses al banco que te ha concedido la hipoteca.
Estos intereses pueden establecerse a un tipo fijo (con un porcentaje fijo establecido de antemano) o a un tipo variable (según la evolución del Euribor, que es el indicador de referencia).
Hay que tener cuidado a la hora de valorar qué es lo más beneficioso para nosotros. Si optamos por un tipo fijo, podemos tener la conciencia tranquila de que, pase lo que pase, seguiremos pagando la misma cantidad cada año.
En cambio, con un tipo variable, pagaremos intereses en función de si el Euribor sube o baja, es decir, si baja pagaremos menos intereses y si sube pagaremos más intereses.
Hasta ahora, el tipo fijo era más caro que el variable porque, como hemos dicho, ofrece mayor seguridad al no exponernos a cambios bruscos en los tipos de interés. Sin embargo, ahora estamos en un momento en el que el Euribor está en tasas negativas, por debajo del 0%, ofreciendo hipotecas a precios prácticamente de ganga.
Nunca antes las hipotecas habían sido tan baratas, tanto a tipo fijo como variable. Ofrecen tipos fijos que pueden llegar al 1,4% o incluso más bajos, y el tipo variable se sitúa en el -0,46%, ofreciéndonos un mayor atractivo al ser consideradas más baratas.
Como hemos dicho, todo depende del perfil de cliente que tengamos entre manos. Es aconsejable optar por una hipoteca a tipo fijo si se tiene poca tolerancia al riesgo y se prefiere pagar siempre la misma cuota.
Sin embargo, nuestros expertos economistas (entre los que se encuentran miembros de honor del BCE, como la propia presidenta) nos dicen que se espera que el Euribor se mantenga por debajo de cero durante los próximos cinco años, por lo que si queremos devolver los intereses en 10 o 15 años, quizás debamos optar por el tipo variable.
Si nuestra hipoteca va a tener un plazo de más de 20 años o más, quizás sea más recomendable el tipo fijo para evitar problemas, en caso de que el Euribor pueda encarecerse en el futuro a largo plazo.
Otro punto a analizar es que en caso de contratar una hipoteca a tipo fijo, si se contratan productos o servicios de la entidad, podrían bajar el tipo de interés, por lo que debemos valorar si es conveniente asumir el tipo variable o fijo.