Como todos sabemos, la crisis económica en la que nos encontramos ha disparado enormemente el ahorro de las familias, debido al miedo generado. Ante futuras complicaciones, las familias han preferido guardar el capital que poseen, maximizando así el ahorro y minimizando sus gastos y la inversión.
Bien pues estos últimos días, hemos podido observar un dato muy curioso, y es que la demanda de efectivo se ha incrementado en grandes proporciones durante los meses más duros de la pandemia. El Banco de Inglaterra, ha llamado a este fenómeno “la paradoja del efectivo”.
El BdE, ha avalado este incremento de efectivo entre los meses de marzo y julio, ya que tuvo que incrementar en más de 11.000 millones de euros sus billetes en circulación.
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Como podemos ver en la gráfica, la evolución de efectivo puesto en circulación tenía una ligera línea alcista, pudiendo decir incluso que llega a mantenerse en los meses previos al COVID-19, y a partir de aquí, su demanda se incrementó de los 1.100.000.000, a los 1.300.000.000.
Los expertos nos informan de que los billetes, son la forma de dinero que eligen mayoritariamente las familias como depósito de valor.
Pero algo sigue sin tener sentido, y es que si los clientes verdaderamente están dejando de lado el efectivo, haciendo crecer la preferencia por pagos digitales, ¿cómo es que el efectivo se ha incrementado de forma tan puntiaguda?
La única explicación a este echo tan sorprendente es la incertidumbre del que pasará en un futuro próximo.
Los hogares han optado por conservar una mayor parte de sus ahorros en billetes por si ocurría cualquier imprevisto, poder tener un colchón mínimo de seguridad que permitiera satisfacer sus necesidades básicas.
«La gente gasta menos en efectivo, pero el valor total de los billetes en circulación ha aumentado a medida que las familias parecen optar por tener más efectivo. Estas tendencias han persistido durante varios años, pero se han visto magnificadas por la pandemia», sostiene el informe del BdE.
